Homo Neanderthal
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El hombre de Neanderthal constituye la primera especie de homínido moderna que vivió por toda Europa,
y representa una forma que se adaptó al clima imperante hacia los 300 mil años atrás, cuando surgió,
convirtiéndose en un cazador de una fauna muy específica.
Desarrolló un volumen craneal que llegó a ser superior al nuestro, alcanzado los 1500 cc; fue el más
humano de los homínidos que habían existido hasta el momento, llegando a desarrollar una comunicación
entre sus individuos que le hicieron muy avanzado, pero que no supo o no pudo competir con una nueva
especie que llegó desde África, el Homo sapiens, y fue retrocediendo por toda Europa a la vez que que a
quél se extendía. Desapareció hace unos 30 mil años, refugiado en cuevas del sur de la península Ibérica.
El Neanderthaliano, hombre bajo pero fuerte, de piernas cortas, de potentes mandíbulas, cerebro grande,
bien adaptado a climas extremadamente fríos, hábil en la confección de sus ropas de pieles de animales,
habitó las grutas, cuevas y abrigos lo que ha sido muy favorable para el estudio de sus restos que se
han conservado bastante bien.
Los huesos de animales que le rodeaban eran restos de sus comidas. Esto demuestra que era un cazador
hábil y la caza su medio de subsistencia proporcionándole comida, abrigo, útiles.
Constituyen la Epoca de la Piedra tallada. Sabía hacer fuego y utilizarlo para preparar los alimentos
rudimentariamente (asado). Sabía tallar la piedra y el hueso y fabricar utensilios y herramientas,
armas (cuchillos, raspadores, puntas de proyectil), con un verdadero sentido estético.
Pero no conoció al parecer las Artes. "Vivía más que reflexionaba" como se ha dicho de su cultura.
Creó la industria musteriense que exige técnicas muy complejas. Fué un excelente artesano.
Parece imposible, que estas complejas técnicas las haya transmitido por simple imitación.
Debió de existir entre ellos una forma de enseñanza y esto exige un lenguaje.
Practicó un culto a los muertos, lo que puede asimilarse a un sentimiento religioso o una idea de que todo
no acaba con la muerte. Hay algo más que la vida terrestre. Es indudable que dedicaban al cadáver cuidados
especiales, como el excavar una fosa rectangular para depositarlo en ella, o el colocar un ajuar a su lado
compuesto por silex tallados, huesos de animales que en el momento de colocarlos debieron tener carne lo
que implica la idea de que el mundo al que se imaginaban iba el espíritu del difunto tenía parecido
al mundo terrenal y había que hacer un largo camino en el que necesitaría elementos para mantenerse
y defenderse. Además pintaban de rojo los huesos y las lajas con las que a veces los cubrían o sobre
las que los depositaban. El color rojo es el de la sangre, de la vida y muchos grupos primitivos
de hoy día lo usan con la misma finalidad funeraria. Las prácticas funerarias eran probablemente una protección
contra la muerte. La flexión de los huesos parece indicar que el cadáver era atado al morir el individuo,
de lo que se deduce una protección para los vivos con objeto de que el muerto no regresase e hiciese daño
a los familiares.
Que vivieron en grupos o sociedades pequeñas parece indudable. Eran gente de sociabilidad muy desarrollada.
Debió de existir la división del trabajo. Mientras los más fuertes y mejor dotados y armados emprendían
expediciones de caza para obtener alimentos, otros más hábiles tallaban las armas o los utensilios del
diario quehacer. Las mujeres debieron recoger frutos o raíces, cuidarían a los hijos, prepararían
las pieles procedentes de la caza. Eran sociedades elementales de trogloditas-cazadores-recolectores-artesanos.
Los abundantes raspadores hallados indican que solían tratar y curar las pieles de los animales.
También tallaban el hueso. Debieron buscar lugares para vivir cercanos a ríos o a canteras donde obtener
el pedernal, silex y materiales que necesitaban. Seguramente trabajaron la madera de alguna forma,
pero el tiempo ha destruído estos documentos. La industria del hueso debió coexistir con la de la piedra,
la madera y el cuero.
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